Hasta hace pocos años pensaba que en Madrid no existían madroños, o sólo el del escudo del municipio y el de la estatua de la Puerta del Sol. No se porqué una de esas leyendas urbanas falsas calaron en mi sin plantearme si realmente era cierto. Y yo contribuí a difundirla alegremente.
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Cuando comencé a pasear por el Retiro "de otra manera", caí en que mi error no podía ser mayor... No se si se pueden contar por miles, pero cientos seguro.
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No hay peor ciego que el que no quiere ver, se dice, pero yo creo, que no hay peor ciego que el que sólo ve por boca de otros.